Inefable Gonzàlez Pons
–¿Tiene miedo al pacto suscrito por Esquerra Unida y el Bloc?
–Me produce tristeza intelectual y vergüenza ideológica, pero no miedo.
–¿Por qué?
–Ser de izquierdas era ser internacionalista y ser nacionalista era combatir el internacionalismo. Hace años las ideologías no se rendían a la táctica, ni a la poltrona. Por ello me da vergüenza ver a los más firmes sacerdotes de la ideología cambiar los principios por una poltrona.
–¿Cómo cree que se han llegado a poner de acuerdo?
–Es un pacto que suma manzanas con melones, extrema izquierda con nacionalismo valencianista. Ni todo el nacionalismo es de extrema izquierda, ni toda la extrema izquierda es nacionalista. Lo único que les une es evitar que gobierne el PP y están dispuestos a invitar a la fiesta a cualquiera, desde el conde Drácula a las gogo-girls de un equipo de baloncesto. Todos caben, hasta la momia de Stalin y el fantasma de Tito.
–¿Habrá tripartito?
–Creo que lo último que quieren los valencianos es una colección de consellers con camisa color ala de mosca al estilo barceloní. EU en un gobierno de Pla sería un lastre para la Comunitat, y no digo el resto de conmilitones que va en esa pandilla. Sólo hay que recordar que EU se opone a proyectos básicos como el AVE o la ampliación del puerto de Valencia.
–¿Cómo ve las elecciones?
–Me da la sensación que los valencianos tendrán que elegir entre un gobierno valencianista como es el de Francisco Camps o el de un tripartito catalanista como es el de Pla con toda la tropa detrás. Nos jugamos mucho. Un fallo a la hora de votar se pagará carísimo. Un ejemplo es lo que pasa en Valencia.
Publicat el 3/12/2006 a www.lasprovincias.es
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